Turismo

Marruecos: el destino exótico para hacer turismo

Marruecos es el destino turístico ideal de quienes buscan una experiencia diferente. Exóticos atractivos, gastronomía que engancha y la fusión de cultura e historia que se respira en sus calles, justifican la visita sin mayor dificultad.

Lo verdaderamente difícil de visitar Marruecos no es encontrar cosas para hacer, sino abarcar la mayor parte en un solo itinerario, y es que siempre faltará tiempo o se quedará con ganas de más. Exquisita gastronomía, palacios idílicos, maravillosos paisajes, excitante vida callejera y la calidez de los musulmanes se fusionan para recibir al visitante. ¿Preparado para planear el suyo?

Marruecos
Marruecos

¿Qué ver y hacer en una visita a Marruecos?

Si existe una palabra que viene a la mente al oír hablar de Marruecos es: desierto. Por ello, el primer lugar de visitar será indiscutiblemente, ¡el Sahara!; contemplar el sol ponerse tras las dunas y esperar que el cielo se colme de estrellas, es una experiencia que justifica la existencia de cualquier mortal.

Dos ciudades imperdibles

Sea que pretenda escaparse un par de días o pretenda prolongar la vista por algunas semanas, existen dos ciudades que no decepcionan: Marrakech y la ciudad de Fez. ¿Qué tienen de especial? la primera, disfrutar una taza de té mientras se contempla el atardecer, luego de perderse en el caos de su medina, comprar en su zocos y fotografiar Ait Ben Haddou, el ksar más famoso del país.

En la segunda, espera la autenticidad del barrio judío, la entramada y laberíntica medina –considerada la más grande del mundo – y la posibilidad de sentirse como un verdadero sultán quedándose en alguno de los más precios riad.

Descubrir vestigios arqueológicos

En Marruecos esperan las que, a juicio particular, son las ruinas mejor conservadas de todo el norte africano. En el parque arqueológico de Volubilis le será sencillo trasladarse a un lejano pasado y empaparse del legado histórico cultural que dejara el dominio del Imperio Romano en columnas, terma, arcos y mosaicos.

Aproveche la visita y lléguese a la ciudad sagrada de Mulay Idrís antes de continuar hasta Meknes, la ciudad imperial, allí será imperdonable no fotografiar la puerta Bab El Mansur, pasear por la Plaza El Hedim y reponer energías en la azotea de la Terraza de Pavillon Des Idrissides. Para el atardecer, los minaretes invaden las mezquitas con la llamada al rezo, un espectáculo mágico.

Enamorarse de su majestuosa naturaleza
Enamorarse de su majestuosa naturaleza

Enamorarse de su majestuosa naturaleza

La naturaleza también fue generosa con el país, por lo que no puede faltar en el recorrido un paseo por dos de sus mejores atractivos naturales: la Garganta del Dadés – para terminar en el restaurante-hotel Timzzillite Chez Mohamed, luego de descender por la serpenteante cartera – y las Cascadas de Ouzoud, uno de los enclaves más espectaculares.

Disfrutar de la gastronomía local

Pueblitos como Chefchaouen, son la alternativa perfecta para capturar la esencia de Marruecos perdiéndose en sus laberínticas calles, pero también la forma perfecta de complacer el paladar disfrutando platos locales en lo que parece un sinfín de sabores, aunque después de probar los deliciosos tajines, probablemente quiera comerlos todos los días.

Conocer Marruecos de norte a sur

Asumiendo que se encuentre en la parte norte, dirija el rumbo a “La Ciudad Blanca”, también conocida como Tetuán es de esos lugares que tienen que visitarse porque sí para descubrir sus secretos, pasear por la medina y encontrar infinidad de souvenirs en sus zocos.

En el punto intermedio aguarda Essaouira, llamada por los locales la “perla de la costa”, su belleza exótica sirve de asiento a muchos expats que sucumbieron al encanto de sus playas y buen ambiente.

El punto final del recorrido…

Aprovechando la cercanía con Marrakech, pensar en un tour que conduzca hasta el sur no suena nada descabellado, sobre todo si llega a la popular Agadir, donde hará turismo de playa en uno de los más demandados de la zona: el pueblecito de Sidi Ifni que perteneciera a España hasta 1969, no faltaran las selfies en los imponentes arcos de la Playa de Legzira.

¿No tiene suficiente? finalice la visita en el Litoral Atlántico para un recorrido lento y tranquilo entre acantilados de rocas rojizas conociendo tanto grandes ciudades – Assilah y El Yadida resultan obligatorias – como pueblecitos marineros y playas salvajes e infinitas.

Lo que no debería perderse

Si aún queda especio en la agenda, no dude en incluir:

  • Visitar la mezquita del Rey Hassan
  • Conocer la Garganta del Todra en la Cordillera del Atlas
  • Alojarse en un riad y disfrutar la hospitalidad de los países musulmanes.
  • Conocer un buen puñado de kasbahs
  • Pasear en Tánger, la puerta de entrada al país en el otro lado del Estrecho de Gibraltar.

Conocer la capital, perderse en Zagora y desconectarse del mundo en un hamman, son algunas de las cosas imperdibles de hacer en Marruecos. Conozca el resto de opciones para incluir en su itinerario.

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