Por mucho que sea incómodo pensar, hay que afrontar la realidad: algunos perros comen caca y el tuyo puede estar incluido en esta lista. La diferencia de ellos para nosotros es que en la cabeza del perro esa práctica no es, ni de lejos, tan absurda. No es por nada que tiene hasta nombre científico: coprofagia. Aún así, puede ser perjudicial para la salud del animal si pensamos que a través de las heces, puede infectarse con algún microorganismo. Además, no es nada cómodo que a tu peludo le guste repartir lametones cada vez que te ve, ¿verdad? Descubre, aquí abajo, por qué lo hace y cómo puedes ayudar a tu perro a dejar de hacerlo.
¿Por qué los perros comen caca?
Las razas de perros que tienen como ancestros a los lobos salvajes pueden tener la coprofagia como un comportamiento heredado genéticamente, pero tras años de evolución y la domesticación de estos animales, las cosas han cambiado. En la actualidad, hay tres razones principales por las que su cachorro puede comerse sus propias heces:
Problemas de comportamiento: en una buena parte de los casos, el cachorro come caca por problemas psicológicos y de comportamiento. Los animales que pasan mucho tiempo solos, no hacen ejercicio o permanecen detenidos durante largos periodos, por ejemplo, tienen una gran probabilidad de comer las heces. Otro desencadenante de esta actitud es el miedo a haber hecho caca en el lugar equivocado: si te peleas con él de forma agresiva cuando esto ocurre, puede pensar que necesita esconder las heces antes de tu llegada. La falta de un lugar separado para alimentarse y otro para orinar y hacer caca también puede ser confusa en la mente del animal: intente en lo posible dividir estos entornos;
Falta de nutrientes: causada por una dieta desequilibrada, desnutrición, hambre o algún problema durante la digestión que hace que los nutrientes de los alimentos no se absorban y salgan todos en las heces, la falta de nutrientes en el organismo también puede hacer que tu perro coma caca. Instintivamente, se alimenta de las heces para tratar de reemplazar lo que le falta;
Enfermedades: además de la falta de nutrientes, otra condición física que puede hacer que tu perro coma caca con frecuencia son las enfermedades que le hacen sentir más hambre. Por lo tanto, acaba comiendo caca para saciarse – la actitud es común en animales con diabetes o problemas de tiroides y debe ser vigilada de cerca por un veterinario.
Cómo enseñar al perro a dejar la coprofagia
Para cada una de las causas
, puedes encontrar una forma diferente de ayudar a tu mascota a poner fin a la práctica de la coprofagia. El caso de las enfermedades es el más sencillo: necesitarás la ayuda de un veterinario para el diagnóstico correcto y para que te recete una medicación para tratar la afección controlando el apetito del animal.
Una dieta equilibrada es exactamente lo que el animal necesita si la causa de la coprofagia es la falta de nutrientes. También tendrás que visitar al veterinario: él realizará pruebas que mostrarán lo que falta en el cuerpo de tu perro y cómo reponerlo de una manera más saludable que comiendo las heces. En muchos casos, basta con cambiar la ración y ofrecer suplementos para mejorar.
Si se trata de una desviación del comportamiento, hay que averiguar exactamente cuál es la causa del problema. Para empezar, evite pelearse cuando haga caca en el lugar equivocado: prefiera recoger la caca sin mirarla y hacer el refuerzo positivo cada vez que el perro corrija el lugar. Así, se evita un cuadro de ansiedad y miedo que puede hacer que se coma las heces. Mantener a tu cachorro muy activo y evitar que se aburra también ayuda, sobre todo si pasa todo el día solo mientras tú trabajas. Intenta incluir en la rutina paseos diarios, carreras y dejar varios juguetes siempre cerca. Acostumbrar a tu mascota a defecar en la calle también ayuda: ¡sólo tienes que coger una bolsa y recoger sus cacas allí mismo!
Si tiene un gato que convive con el perro, vale la pena prestar atención
Como la ración de los felinos está compuesta por diferentes ingredientes, es normal que los perros más golosos se sientan atraídos por ella – y eso no ocurre sólo en el estado normal: el interés también llega hasta las cacas del gato. En ese caso, la única explicación posible es que le parezca sabroso incluso. ¿Recuerdas que el sentido del olfato de los perros es muy diferente al nuestro? Los expertos dicen que las heces pueden seguir teniendo olor a comida incluso después de todo el proceso de digestión.
Por eso, además de cuidar que un animal no coma en el plato del otro a la hora de comer, si el arenero de tu gato está en un lugar de fácil acceso para el perro, lo ideal es recoger sus cacas lo antes posible. De lo contrario, puede ocurrir que cuando llegue, no quede nada por quitar.
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