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La pandemia de coronavirus ha puesto en jaque a la ética médica, porque quizá el principio de anonimato para enfermos(as) ha sido vulnerado. Preservar el secreto de identidad garantiza el derecho a la no discriminación y al racismo muy propio de los latinos y la gente blanca o güera.
Un ejemplo: se ha informado que el SARS-COVID2-2019 provino de China continental, esto puede ocasionar que las personas originarias de ese país que actualmente se encuentren en México puedan sufrir agresiones, discriminación y hasta muerte por linchamiento como consecuencia de que nos puedan transmitir la enfermedad.
La doctora responsable de malestares emergentes y zoonosis de la Organización Mundial de la SalusMaría van Kerkhove informó que el organismo internacional lucha para que “el nombre de las variantes de coronavirus para no estigmatizar a los países o regiones donde se localicen por primera vez, así como a las personas que radiquen en esos lugares”
Las tres mutaciones más conocidas del SARS-COVID2-2019 son la británica, sudafricana y la brasileña.
La funcionaria internacional dijo que se “lleva trabajando años para que la ubicación no se tome como base para darle nombre al patógeno. Se está trabajando en la construcción de un nombre para cada variante y, aunque se pensó que era fácil, ya tenemos dos meses sin lograrlo, aunque posiblemente lo anunciaremos muy pronto”
Con relación al pasaporte vacunal, el Director Ejecutivo del Programa de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud dio a conocer que el ellos están de acuerdo y ayudan para crear un certificado de vacunación para uso sanitario, pero no para otras cosas que vayan más allá de ese ámbito.
Para llevar a cabo el plan de certificar a toda persona que ya se inmunizó contra el coronavirus, es necesario controlar corrupción gubernamental, colaboración internacional más estrecha, evitar la piratería del posible documento y que el mismo no sea utilizado para violentar los derechos humanos.
