La pandemia del virus SARS-COVID2-2019 o coronavirus, no ha detenido la ida del mundo, ni de nuestro querido estado de Puebla, ni del país y mucho menos del gobierno federal. Los programas impulsados por la cuarta transformación —aunque en menor cuantía—, siguen su curso y uno de ellos es la transformación (o mejor dicho) la renacionalización de la industria energética y sobre todo petrolera.
Como sabemos, el 18 de marzo de 1938 en la antesala de la Segunda Guerra Mundial el entonces presidente de los Estados Unidos Mexicanos General de División Lázaro Cárdenas del Río decretó la expropiación a las mayorías de las empresas petroleras radicadas en México. Ello implicó una transformación del país ya que la nación pudo contar con recursos energéticos propios para su desarrollo.
Lamentablemente la corrupción, las cargas fiscales, las prebendas y canonjías sindicales y la llegada de energías renovables hacen que el futuro de Petróleos Mexicanos no sea halagador. Tiene que renovarse o morir.
En la ceremonia para conmemorar el hecho el presidente de la República anunció la localización de un nuevo pozo petrolero ubicado en el municipio de Centro, Tabasco, mismo que llamarán “General Francisco J. Múgica” en honor al revolucionario michoacano que impulsó como diputado federal constituyente en 1917 la reforma agraria radical, el nacionalismo económico, la consolidación de la separación iglesias estado y otras reformas.
El presidente de los Estados Unidos Mexicanos Andrés Manuel López Obrador señaló que se extraerán dos millones de toneles diarios de petróleo crudo en lo que falta de su sexenio y ello se destinará a refinarlo. Su mandato “no exportará crudo y a cambio compraría gasolina, por lo que lo extraído será procesado en el país”.
Para el mandatario eso significaría no sacar más carburante del necesario para cumplir con la demanda de combustibles en el mercado nacional, extrayendo la mitad del petróleo que se extrajo durante el sexenio de Fox. Con una producción equilibrada evitando el uso excesivo de combustibles fósiles, y con ello no se afectaría la herencia a las nuevas generaciones.
La cifra de extracción anunciada está muy por debajo de lo que en un principio AMLO había anunciado en 2019, pretendiendo lograr producir 2.6 millones de barriles diarios. Posteriormente el Titular del Poder Ejecutivo Federal dijo que poco a poco se llegarían a los 2.6 millones de tinacos, con ello produciríamos lo obtenido en el sexenio de Felipe Calderón.
También informó que en 2004 se extrajeron 3,400,000 barriles cada día y ahora se platea una meta de 2,600,000, siendo una diferencia de 800000. Más adelante dijo que “no le están dando todo el apoyo a la producción, no habría recursos para ello y se tendría que contraer deuda, yo no deseo endeudar a México”.
Según el mandatario, “no existe corrupción en la paraestatal, misma que existía desde hace mucho tiempo y hasta el pasado gobierno”. AMLO informó que llegarían a extraer 2,400,000 toneles por día para la autosuficiencia de las nuevas refinerías y no comprar gasolina. Esto para el mandatario se mantiene acorde con la protección ambiental, porque no sólo se trata de vender y vender para tener dinero a costa de una explotación sin control.
Más adelante el Titular del Poder Ejecutivo Federal volvió a señalar el rescate o renacionalización que su gestión ha realizado de los hidrocarburos, frenando la privatización energética. El lema de esta gestión es que “el único dueño del petróleo es el pueblo de México y los beneficios son para el mismo pueblo”.
Para tratar de tranquilizar a la iniciativa privada, AMLO dijo que su gobierno respetaría los contratos de la Reforma Energética, pero dijo que no se otorgarían nuevas concesiones para explotar el hidrocarburo. Posteriormente el tabasqueño dijo que “Pemex es una empresa de México y siempre contará con el apoyo del gobierno “
EL Presidente dijo que se cuidará a Petróleos Mexicanos para que permanezca en el mercado de las gasolinas, el diésel y otros, también se llevará a cabo la meta de hacer en México las gasolinas que consumimos y dejaremos de importar combustibles extranjeros. Por ello se seguirá invirtiendo para modernizar las refinerías existentes y se reiniciaría la construcción de la planta coquizadora en Tula, Hidalgo y se finalizaría a mediados del año próximo la nueva planta de refinación en Dos Bocas.
AMLO aseguró que aun con el descubrimiento de tres grandes yacimientos, la extracción tendrá como meta refinarlo y no la exportación de crudo para comprar gasolina, es decir que todo nuestro petróleo será procesado en México. También aseveró que en lo que falta de su sexenio se invertirá más en evitar la quema irracional de energético.
Más adelante López Obrador volvió arremeter contra sus antecesores diciendo que “antes se había escogido no aprovechar el petróleo crudo extraído aquí y comprarlo en el extranjero, todo para alimentar los lucros que las compras representaban para políticos y directivos de empresas nacionales y extranjeras”.
El presidente informó que mantendrán el compromiso de no aumentar el precio de las gasolinas, diésel y otros combustibles, dando fin a los gasolinazos. También se comprometió a “erradicar la corrupción en la paraestatal, nunca más deberían existir casos como el de Odebrecht o la compra inflada de una fertilizadora, no a la entrega de moches o sobornos a funcionarios y legisladores, porque todo ello es una vergüenza”
También AMLO se comprometió a no despedir a ningún trabajador(a) de la empresa y cuidar sus condiciones salariales y prestaciones. También expresó que “su gobierno protege el derecho de los(as) trabajadores(as) de elegir en libertad a sus dirigentes sindicales”
Finalmente concluyó que con los trabajadores(as) de la paraestatal, están rescatando a PEMEX y al país.
Hasta el año 2015 PEMEX tenía el 9º lugar como la empresa gasera y petrolera más grande del mundo(https://www.forbes.com.mx/las-21-empresas-petroleras-mas-grandes-del-mundo/ )