Quien tiene un cachorro en casa sabe que muchas cosas que hacen acaban siendo motivo de risa entre los guardianes. Ver a un perro corriendo detrás de su cola suele ser uno de estos momentos, pero ¿sabías que no siempre lo que provoca esta actitud es algo sencillo? Esta práctica, común en animales de todas las edades, puede ser una señal de que algo más serio está ocurriendo con tu amigo. Por lo tanto, vale la pena prestar atención y, si es necesario, pedir la ayuda de un profesional, ya sea un veterinario o un conductista. Para ayudarte a identificar las razones por las que tu amigo se persigue la cola, las hemos reunido todas aquí abajo: ¡echa un vistazo!
1. Mientras son cachorros, suelen hacerlo por diversión.
En los primeros meses de vida, cuando los niveles de energía y humor de tu mascota están todavía a tope y todavía no saben mucho sobre lo que funciona o no en la vida, perseguir su cola es divertido. Tu mini amigo de cuatro patas puede pasarse minutos haciendo esto simplemente porque es genial intentar conseguir ese trozo de sí mismo que casi nunca ves.
2. Los picores del perro y diversas lesiones también pueden generar el comportamiento
La incomodidad de tener algo fuera de lo común en una región del cuerpo de tan difícil alcance puede ser también lo que hace su animal la estancia corriendo tras la cola. La acción de las pulgas y garrapatas que generan mucho picor en el perro es una de ellas: es habitual que quiera morder para intentar provocar alivio. Lo mismo ocurre con los moratones y con varias heridas. La voluntad de resolver el problema es lo que hará que el perro corra detrás de la cola con tanta insistencia.
3. Perseguir la cola puede ser uno de los signos de ansiedad en tu perro
Después de una situación en la que el animal entiende que mordisquear la cola es significado de alivio, puede empezar a usar eso para momentos en los que estar ansioso o nervioso. En otras palabras: esa será su solución para sentirse bien. Esta práctica es muy habitual tras periodos en los que se hace daño y no es tan sencilla de solucionar: necesitarás la ayuda de un conductista y mucha dedicación a tu amigo de cuatro patas.
4. La persecución de la cola del perro también puede ser para llamar su atención
Cada vez que ves a tu cachorro persiguiendo su cola, inevitablemente interactúas con él, ¿verdad? Ya sea para reírse, desarrollar una broma o hacer que se detenga, es bastante común que haya contacto. Cuando su perro lo entienda, es muy probable que empiece a perseguir la cola para llamar su atención. Esto es muy común en animales necesitados y en aquellos que pasan mucho tiempo solos en casa.
5. La genética del animal y los instintos específicos de la raza también pueden generar este comportamiento
Cada raza de perro tiene una serie de características e instintos específicos y, en algunas de ellas, puede ser que el animal acabe desarrollando la voluntad de perseguir la cola debido a ellos. A los perros de caza, como el Beagle y el Golden Retriever, por ejemplo, puede acabar gustándoles perseguir la cola por la adrenalina de la caza. Los animales con personalidades fuertes y rasgos de enfoque extremo en la genética también pueden terminar disfrutando de esa carrera alrededor de sí mismos.
6. Un cachorro aburrido puede perseguir su cola para quemar algo de energía
Si tu cachorro pasa mucho tiempo solo en casa, no hace ejercicio y tiene mucha energía de sobra, cualquier forma posible de aliviar ese desequilibrio va a ser abrazada por él. Además de correr por la casa y posiblemente atacar tus muebles y zapatos, perseguir la cola puede convertirse en una de sus actividades favoritas, ya que puede durar una eternidad. En este caso, pasear al perro ya es algo que contribuye en gran medida a aliviar el problema.
7. Las enfermedades neurológicas en los perros también pueden ser la razón detrás de la práctica de perseguir la cola
Muy comunes en los animales de edad avanzada, los problemas neurológicos en los perros también puede ser la causa de tantas ganas de perseguirse la cola. La demencia, la senilidad y las secuelas de enfermedades que alcanzan el sistema nervioso del animal pueden desencadenar este comportamiento y, en este caso, lo ideal es buscar ayuda de un veterinario: el tratamiento farmacológico puede ser una opción para que la calidad de vida de su amigo se mantenga.
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